viernes, 10 de septiembre de 2010

NEPAL - Primeras pedaladas...

Antes de pisar suelo indio nuevamente, gastamos unos días visitando el parque nacional de Chitwan y de camino, pasamos por la ciudad santuario donde nació Buda, Lumbini.


La reserva es exuberante, y vital para la abundante fauna que allí habita. Uno de sus reclamos más importantes, es el avistamiento de tigres y rinocerontes durante un paseo por la frondosa selva a lomos de un enorme elefante. La verdad es que nunca habíamos estado tan cerca de uno de estos admirables paquidermos. Los guías los conducían por la carreterilla que bordea los límites del parque, y caminando, era frecuente cruzase con ellos, y observar sus lentos y pesados movimientos desde bien cerquita.


No pudimos evitar sentir lástima cuando deteníamos nuestra vista en ellos, sus expresiones eran como de resignación, y al final optamos por no ser una turística carga más. Además, la rústica plataforma de madera donde te acomodaban, no parecía muy confortable para balancearte durante dos horas. Desde luego nada que ver con las lujosísimas monturas que los marajás usaban para practicar la caza del tigre, que socialmente era considerado símbolo de hombría. Demostrar la de dichos personajes reales, llegó a suponer la muerte diaria de decenas de estos majestuosos animales durante las prolongadas, y multitudinarias cacerías. Por otro lado en estas fechas el calor y la humedad aún eran muy altos dentro del parque, y al haber mucha agua por todas partes eran menores las oportunidades de toparse con algún mamífero exótico, ya que no se desplazan tanto para saciar su sed. Con todo, y a pesar de que la mayoría de turistas recomendaban el paseo, nosotros decidimos guardar nuestro dinero para una mejor ocasión.


Optamos por alquilar unas bicicletas, y pedalear el día entero por las pequeñas aldeas a lo largo del rio que recorre parte del parque. Nuestro medio de transporte estaba algo oxidado, y pesaba considerablemente más que cualquiera de nuestros velocípedos de montaña. Pero allí todo el mundo se desplazaba en ellas, así que a probar nosotros también.




A ritmo local recorrimos los alrededores. Disfrutamos atravesando poblaciones rurales donde apreciamos cómo vive la gente del campo que aún depende del trabajo en el arrozal, y de sus búfalos. Fuegos hogareños permanentemente encendidos para cocinar en chozas de adobe. Algunas personas que descansaban en el porche de sus casas nos observaban algo sorprendidas. Pensamos que el circuito tal vez no fuera de lo más frecuentado por turistas occidentales, y de ahí su extrañeza. Aún y así todos los pobladores nos regalaron simpáticos namastéees a diestra y siniestra. Nuestro pedaleo se detuvo por momentos, ora a la vera del rio para ver a los búfalos tomar su baño y la fantástica diversidad de aves. Ora junto a los verdes campos de arroz, para fotografiar el contraste de los saris de las mujeres que les dedican horas de trabajo sometidas al ardiente astro.


Ya de regreso al hotel, no pudimos resistirnos a una merecida y refrescante cerveza bien fría mientras el sol se ponía sobre la inmensa floresta.


Al día siguiente muy temprano embarcamos hacia Lumbini, a tan sólo cuarenta y cinco minutos del paso fronterizo de Sounali. En este trayecto conocimos a Patrick y Zaida, madrileños ellos a pesar de sus nombres poco castizos, y de los pocos que encontramos en todo el viaje. Ambos bastante más jóvenes que nosotros, aunque no por eso una encantadora pareja con los que nos divertimos mucho el tiempo de viaje juntos hasta Varanasi, desde donde cada uno siguió por su lado. A buen seguro nos comeremos una paellita en Madrid cuando regresemos.


También conocimos a Gabi y Joao, brasilera ella y portugués él, residentes en Estrasburgo, y que junto con Patrick y Zaida hicimos nuestro primer viaje en el techo del autobús local que nos llevaría hasta la divisa con India. Un clásico que casi cualquier occidental quiere probar.











En Lumbini dedicamos un día a visitar el santuario donde nació Lord Buda, así como los templos que diferentes países y sus respectivas comunidades budistas han construido dentro del recinto del santuario. Como el recorrido era bastante extenso alquilamos nuevamente un par de bicis. Sobre ruedas llegamos a los templos de China, Tailandia y Alemania, que nosotros resaltaríamos como los más hermosos por su arquitectura, su colorido y fantásticos detalles.




Durante el recorrido paramos junto a una pequeña cabaña habitada por un anciano y un joven de no más de trece años. El anciano seguido por el muchacho se acercó hasta nosotros y comenzó a hablarnos en indi. No sabemos explicar muy bien cuál fue la magia de aquel lugar, que a pesar de no tener la mínima noción de su lengua, nos permitió entender lo que aquella persona quería comunicarnos. Nos explicó que el moraba en aquel mismo lugar mucho antes que cualquier templo fuese construido. Y que a pesar de sus achaques en las rodillas rezaba diariamente cumpliendo con sus obligaciones. Nos explicó que en aquella pequeña cabaña sólo vivían él y el joven rapaz, y nos invitó a comprobar por nosotros mismos lo humilde de su morada. No hizo falta, su mirada, la serenidad de sus palabras, y el hecho de que no nos pidiera dinero abiertamente, fue suficiente para que deseáramos ayudar a esas dos personas. Queríamos seguir allí, escuchar sus palabras que a pesar de ser extrañas para nosotros tenían mucho sentido. Partimos agradecidos por el momento vivido. Una última mirada atrás y vimos como joven y anciano retornaban con calmado paso al umbral de su cabaña, donde se sentaron del mismo modo que estaban cuando les encontramos.


namaste

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué maravilla de viaje, me ha encantado la etapa de Nepal y la del parque de Chitwal, es para quedarte sentado y contemplar la vida sin más en esos parajes, que maravilla......
By Vane

Anónimo dijo...

Sois mis héroes guapitos, me encantan de verdad los relatos, mal puedo esperar para que nos veamos y compartamos algunas historias más. Un abrazo muy muy fuerte.
By Citton

Anónimo dijo...

Aaaaaaaaaaaaaaahhhhh adorei o ultimo texto do blog...que lindo, poético...Queria 1 texto por dia, hehehehe.....Beijos, beijos!!!!!!!!
By Telaraña Canciones